La estrategia de carry trade consiste en vender dólares en el mercado cambiario y realizar inversiones en pesos con la expectativa de obtener un rendimiento positivo en una moneda más confiable. Es decir que, una vez que se hizo la operación en pesos, ese importe se convierte nuevamente a dólares. La maniobra implica tres fases. Primero se "sale" de una moneda fuerte, como es la moneda de Estados Unidos, y se apuesta por una moneda más débil, como es considerado el peso. En esta segunda etapa, se invierten los pesos que resultaron de esa venta y se los coloca en un negocio con buena rentabilidad, por ejemplo la tasa. El tercer paso es recoletar las ganancias y con esos pesos, que son más que antes, volver a comprar la moneda de origen, los dólares. De esta forma, toda jugada de carry trade tiene un retorno total proveniente de dos fuentes de riesgo o beneficio: el riesgo propio del instrumento en pesos que pueden ser bonos, acciones o, como se ejemplifica habitualmente, las Lebac, y el riesgo cambiario. Mientras que el primero se refiere a la expectativa de lograr ganancias de capital y devengamiento de intereses en moneda local, el segundo riesgo alude a variaciones en el tipo de cambio durante el período de maduración de la inversión. Cada uno de los pilares impacta de forma diferente en el carry trade. Por un lado, a mayor beneficio en pesos, mayor es la ganancia en dólares. Por el otro, a mayor devaluación, menor es el retorno en la moneda dura (o más segura). El factor cambiario es crítico porque determina el precio de salida para cambiar los pesos valorizados por los dólares. Esto es algo que todo inversor debería tiene presente, ya que no existe carry trade sin asumir el riesgo cambiario. FUENTE: CRONISTA.COM
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Agosto 2019
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